Para 1915, dos décadas después de la primera aparición de The Yellow Kid en el New York World, el negocio de los chistes gráficos era una institución nacional. Los cómics aparecían todos los días de la semana en casi todos los periódicos de Estados Unidos. Las agencias distribuían los principales personajes de cómic a miles de clientes, y los creadores más demandados eran celebridades bien conocidas. Los personajes de cómic protagonizaron adaptaciones al teatro y a las películas animadas, fueron mencionados en canciones de éxito, sus aventuras se recopilaban en libros y revistas, y sus imágenes populares se utilizaban para vender una amplia variedad de productos, desde juguetes y muñecas hasta cigarros y whisky.
Las agencias transformaron gradualmente el contenido de los cómics. El humor urbano, étnico y bufonesco se complementó con otro mucho más familiar. Aunque muchas de las creaciones de la primera época, incluyendo Happy Hooligan y The Katzenjammer Kids, continuaron entre las tiras más populares, nuevos títulos aparecidos durante los últimos años aportaron un espectro mucho más amplio de elección para los lectores.
Conforme las agencias aumentaban su poder, fueron capaces de atraer a los mejores talentos. Los grandes distribuidores lograban convertir a artistas locales en celebridades, y los mejores dibujantes comenzaron a percibir importantes salarios. Éstos también tenían la libertad de trabajar donde y cuando ellos quisieran, así como contemplar mejores ofertas de agencias de la competencia.
Entre las tiras cómics de éxito que King Features lanzó antes y después de su fundación se encuentran Bringing Up Father por George McManus, Krazy Kat por George Herriman, Polly and Her Pals por Cliff Sterrett, Barney Google por Billy DeBeck, Thimble Theatre Starring Popeye por E. C. Segar, Blondie por Chic Young, Flash Gordon y Jungle Jim por Alex Raymond, The Phantom y Mandrake The Magician por Lee Falk, Prince Valiant por Hal Foster y Ripley's Believe It Or Not por Robert Ripley. King también distribuyó numerosas adaptaciones al cómic de los estudios Walt Disney, comenzando por Mickey Mouse en 1930.
La revista Fortune, en un artículo publicado en abril de 1933 bajo el título "Los periódicos chistosos", informaba que "de 2.300 periódicos de Estados Unidos, sólo dos de importancia (el New York Times y el Boston Transcript) no publican ninguna tira cómica. U.s. Funny Paper Inc. ingresa alrededor de 6.000.000 $ al año. Unos veinte artistas de tira cómica reciben al menos 1.000 & semanales por su trabajo".
La circulación de los periódicos continuó aumentando durante los años 30, alcanzando un máximo de 41.500.000 en 1937, pero los beneficios bajaron debido a la pérdida de ingresos por publicidad tras la crisis de 1929. Los periódicos pequeños lucharon por su supervivencia pero la gran mayoría fueron absorbidos por los de mayor tamaño. Editor & Publisher informó que, entre 1924 y 1934, los grupos que poseían más de un periódico se habían duplicado (de 31 a 63). Estas organizaciones controlaban 361 periódicos, lo que alcanzaba el 37,6% de la circulación total del país.
Para 1935, el imperio Hearst se había expandido a 26 diarios y 17 dominicales en 19 ciudades, 13 revistas, 8 estaciones de radio, 2 compañías cinematográficas y 4 agencias. Hearst poseía dos millones de acres valorados en 56 millones de dólares, una amplia colección de arte y antigüedades, y una riqueza personal valorada en 220.000.000 $. Las dificultades financieras llegarían a la organización en 1937, cuando muchas de sus propiedades, incluyendo 9 diarios y 5 dominiciales, tuvieron que ser liquidados para afrontar las deudas.
Thimble Theatre (1919 - Presente) por Elzie Segar
Thimble Theatre era una historieta maravillosa, disfrutada por muchos... y entonces el marinero tuerto entró en escena en 1929, disparándose su popularidad. Segar creó algunos de los personajes más memorables que se hayan visto en una tira cómica como Popeye, Olivia, Bluto, Wimpy, Jeep, la Bruja del Mar... ¡y la lista sigue! Popeye, por supuesto, se ha convertido en uno de los personajes más reconocibles de todos los tiempos, con dibujos animados, películas y una gran variedad de productos licenciados.
Krazy Kat (1910 - 1944) por George Herriman
La historia de un extraño gato al que le encanta ser golpeado con ladrillos voladores, un ratón al que le gusta tirárselos y un perro policía que hace lo mejor que puede para impedirlo. Absurda y brillante, muchos consideran esta tira como el mejor ejemplo del noveno arte.
Betty Boop (1934 - 1937) por Bud Counihan
Antes de que Max Fleischer la convirtiera en el famoso icono animado, Betty Boop protagonizó su propia tira cómica como una caprichosa estrella de cine cuyas aventuras se desarrollan dentro de un estudio. Hoy, aquella coqueta jovencita permanece como uno de los personajes con mayor número de licencias en todo el mundo.
The Little King (1934 - 1975) por Otto Soglow
El Rey nunca tuvo un nombre, aunque tampoco tuvo nunca nada que decir. Su humor era mudo. El personaje, dotado de bigote y barba, siempre iba vestido de terciopelo. Era pequeño de estatura, pero tan ancho como alto. Con una personalidad algo infantil y alegre, casi siempre se mostraba en la viñeta final realizando algún hobby, jugando como un niño, flirteando con mujeres o descuidando sus deberes "oficiales".
Skyppy (1925 - 1944) por Percy L. Crosby
Creada originalmente como una serie para la revista "Life", tuvo un buen recibimiento después de trasladarse a King Features en 1925. Skippy era un niño curioso que siempre se metía en problemas, jugaba a la pelota con sus amigos y hacía por lo general las mismas cosas que hace cualquier niño. Se dice que el Skippy de Crosby influenció a Charles M. Schulz para crear su famosa obra "Peanuts". En los años 30 se estrenaron dos exitosas películas basadas en el personaje protagonizadas por Jackie Cooper.
La edad maravillosa.
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